ZOANDO NA CAATINGA

PONTO DE VISTA

Chile y Argentina: Los Huérfanos de la Dictadura

Raul Patricio Gastelo Acuña*

   Más una página de horrores ha sido recientemente revelada em Chile y Argentina. Investigación realizada por las Madres de la Plaza de Mayo descubrió que en Olmos, localidad próxima a Buenos Aires en Argentina, cerca de 500 bebés nacidos en la cárcel de la dictadura habían sido secuestradas y entregadas para ser adoptadas. De esos 500 bebés ya han sido identificados 78. Solamente 78 han descubierto que sus padres adoptivos actuando en complicidad con los asesinos y torturadores de sus legítimos padres  eran aquellos que posaban como sus padres.

Drama y pesadilla de esos jóvenes que ahora tienen entre 18 y 23 años. Tragedia doble: saber que sus padres fueron asesinados y saber que sus padres adoptivos se han callado frente a ese asesinato y colaboraron activa o pasivamente con los asesinos. Todo el mundo sabe que papá y mamá son aquellos que crian y no son aquellos que procrean. ¿Cómo enfrentar ese drama? Respuesta imposible. Pero, sin duda, es ahora que esos jóvenes quedaron huérfanos, ahora que ya son maduros supieron la verdad. Y la supieron de una forma que encierra inaudita crueldad. Aquellos que siempre consideraron como sus padres legítimos no lo son. Y la verdad de su origen les ha sido revelada de forma innombrable, pues no hay palabras para retratar ese drama. Aquellos que ellos consideran como sus padres legítimos  son cómplices y en algunos casos autores de la muerte de sus progenitores legítimos. Y posiblemente ellos no los aceptarán más como padres al quedar sabiendo que sus verdaderos padres han sido asesinados sin ningún derecho a defensa y con la participación y complicidad de los padres impostores.

 En Chile, el día 30 de mayo de este año la Comisión Valech terminó definitivamente sus actividades. Esta Comisión fué nombrada por el Presidente de Chile, Ricardo Lagos, para saber la cantidad de torturados y presos políticos chilenos durante la dictadura militar. En el Segundo Informe, la Comisión sobre Prisión Política y Tortura concedió la condición de prisioneros y torturados a los niños que nacieron o que fueron detenidos en las cárceles de la dictadura. Ha sido el primer país del mundo en conceder ese reconocimiento a niñas y niños que sufrieron esa detención otorgándoles reparación material por las penurias sufridas. El Informe citado constató que 88 niñas y niños tenían menos de doce años  cuando fueron detenidos y 87 estaban con sus padres en el momento de la detención. De éstos, once aún no habían nacido y cuatro eran lactantes. Las secuelas posteriores para esos niños, de acuerdo al Informe, han sido profundas: presenciaron las torturas de su mamá y de su papá. 

Una investigación realizada por la Fundación Pidee sobre asesinatos de niñas y niños y sobre niñas y niños desaparecidos nos lleva al tortuoso mundo de las tinieblas: 78 menores de 18 años fueron ejecutados sin ningún tipo de proceso, 57 se transformaron em desaparecidos y han sido encontrados los restos de otras cuatro niñas y niños. La investigación mencionada señala que durante la dictadura hubo centenas de niñas y niños desaparecidos. Hay situaciones que huyen a cualquier explicación racional, pues es el producto de mentes demoníacas imbuídas del odio y desprecio más profundo por la vida humana: por estrato de edad, el Informe de la Fundación constató los asesinatos de dos niños con menos de seis años y tres entre siete y diez años. Una niña de ocho años y um niño de diez años fueron asesinados com disparos en el pecho durante la detención de sus padres.

 La psicóloga Elizabeth Lira dice que en la Comisión Valech sus integrantes se preguntaron que había ocurrido com los infantes durante su reclusión y señala que la violência experimentada por ellos es diferente de aquella experimentada por los adultos: “mucho más allá de decir que los obligaron a ver la tortura de sus padres, la brutalidad cometida contra ellos es la de situarlos em um contexto de vulnerabilidad total, donde las personas que más ama son violentadas, agredidas. Para un niño eso es completamente desvastador.” (www.lanacion.cl) 

De los más de 28.000 presos y torturados que presentaron pruebas irrefutables de estar encuadrados en esa condición y por eso tienen derecho a parcas compensaciones financieras y a ninguna compensación moral, pues los torturadores continúan libres, 978 tenían em promedio 16 años de edad y fueron tratados como adultos, o sea, fueron torturados como si fuesen adultos. 

Es necesario esclarecer que las organizaciones de derechos humanos de Chile apuntan que los presos y torturados por el dictador Pinochet y sus secuaces son más de 100.000 personas. La mayoría está constituída por obreros y personas que no tuvieron condiciones de acordarse del nombre de testigos y del de los torturadores. Las dictaduras no anotan los nombres de los torturadores y de los responsables por las torturas. Mucho menos el de los torturados o asesinados.  

Es importante salientar que com todas sus limitaciones, el gobierno del Presidente Lagos no permitió que la sociedad civil continuase ignorando los terribles crímenes de la dictadura pinochetista y por eso nombró a la Comisión sobre Prisión Política y Tortura que elaboró el Informe Valech, nombre del Presidente de la Comisión, el Obispo Valech. 

No hay palabras capaces de explicar el porqué de la tortura, el asesinato, la prisión y el exílio de centenas de millares de personas que tenían orden de prisión y corrían riesgos de vida por el mero hecho de pensar, opinar y apoyar um gobierno legítimamente electo. La explicación basada en la crueldad y ferocidad de la lucha de clases es correcta como generalidad, más es incapaz de explicar como y porqué personas que aparentemente son buenos padres de família y que rezan todos los días al buen Dios se transforman en psicópatas sociales, en torturadores y asesinos.

Por ocasión de la detención de Pinochet en Londres, donde enfrentó proceso por crímenes contra la humanidad – tortura, secuestro y asesinato de presos políticos – uno de sus hijos, Marco Antonio Pinochet,  declaró: “Nosotros no matamos ningún ser humano, pues los comunistas no son personas, son animales”. Esa frase revela sim mayores explicaciones o conjeturas la perversión psicológica y social de la dictadura.

Pero, y los niños? Em todas las sociedades los niños son sagrados. Y no solo los niños humanos. También son respetadas las crías de animales. Ninguna sociedad acepta la inmolación, la tortura y asesinatos de sus niños de la forma como lo han hecho los regímenes totalitarios nazistas y las dictaduras totalitarias de Pinochet y de los militares argentinos. Es compleja la ezquizofrenía de las personas que componían el aparato represivo de la dictadura. El dictador y sus esbirros actuaban como personas psicológicamente equilibradas en sus lares y en el culto religioso y como enfermos mentales con pulsiones de perversidad inimaginables en el ejercicio de sus funciones represivas.

Para el pensamiento nascista, herencia del nacional-socialismo alemán, aquellos que no son de su etnía o no comparten su pensamiento único no tienen derecho a la vida. Sin embargo, ese proceso de patología social es mucho más complejo que aquel enunciado racional. Permanece la pregunta: ¿Por qué? ¿Por qué la lucha por intereses antagónicos permite que aparezcan en su trágica desnudez los instintos más bajos de los representantes o verdugos de la clase en el poder?

El recuerdo de esos niños torurados y asesinados, además de repulsión e indignación, hace que se deslicen lágrimas de dolor en nuestros rostros frente a esa humana expresión de inhumanidad. Y como decía Sartre, somos culpables y responsables por cualquier acto humano, pues ese acto compromete a la humanidad como un todo. Por eso no podemos silenciar ese horror.

Más increíble aún es que ni en Chile y ni en ningún país del continente algún General golpista haya sido procesado por sedición y alta traición. Más increíble aún es que hasta ahora no exista en América Latina un Tribunal Internacional que juzgue a los dictadores y torturadores del continente o a todos aquellos que violan los derechos humanos. Y causa aún mucho más indignación que la mayoría de los torturadores y asesinos, sus mandatários y cómplices continúen impunes. 

Así, precisamos repensar la integración del continente al Sur del Rio Grande y colocar una acción prioritária. La verdadera integración de América Latina no debería ser solamente econômica. Debería ser fundamentalmente democrática y anti-dictaduras militares. La democracía tiene como pilares la lucha por los derechos sociales, la protección y respeto a los derechos humanos, que son letra muerta si no tienen como punto de partida el respeto a la vida y su reproducción.  Y el respeto a la vida trae en su cierne el derecho a la libertad, pues es la libertad que nos define como seres humanos y no la cantidad de monedas o tarjetas de crédito que cargamos en el bolsillo. De esa forma, esperamos que en el futuro no tengamos que llorar por nuestros niños.

24 de junho  de 2005

 

* Raul Patricio Gastelo Acuña, sociólogo e membro licenciado do Centro de Estudos e Pesquisas Agrárias do Ceará - CEPAC

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