ZOANDO NA CAATINGA

PONTO DE VISTA

 

Chile: Una mujer en la Presidencia

Raul Patricio Gastelo Acuña*

   En el siglo pasado famoso escritor chileno escribió un libro titulado: Chile o una loca geografia. Chile es una estrecha faja de tierra con la cordillera de los Andes al este, el océano Pacífico al oeste, el desierto de Atacama al norte, el Cabo de Hornos al sur y se encuentra localizado en los confines de América del Sur. País em que decenas de volcanes, desparramados de norte a sur que periódicamente gimen de las entrañas de la tierra, terremotos ciclópicos que mudan su geografía haciéndola aún más loca, maremotos que devoran islas y las devuelven con nuevas facciones en lugares inesperados. Paisaje sinuosa y llena de contrastes donde conviven el desierto más árido del mundo con las nieves eternas de la cordillera y del extremo sur, la placidez de los lagos rodeados de la belleza amenazadora de los volcanes, la aridez de montes y la fertilidad de los suelos del valle central. Esa loca geografía se expresa en los cataclismos políticos de un pueblo cuya historia es tan inesperada, sorprendente y volcánica como sus bellos y contrastantes paisajes.

Lo más increíble es que en este continente lleno de imprevistos, en que parece que nada fuese capaz de sorprendermos, puedo decir que Chile, su historia y su gente, en la aparente calma y quietud de sus gentiles modales, en la dulzura de su acento ocultan lo inesperado y la más sorprendente historia política de América Latina.

Chile, y pienso que de ahí deriva su originalidad histórica con relación a los otros países de América Latina, construyó, casi inmediatamente después de su independencia el Estado Nacional. La dictadura de O´Higgins en los primordios de la separación de España liquidó violentamente las tentativas federalistas, principalmente de las oligarquías   de Concepción, en el sur del país. Las eliminó físicamente. Ese rasgo, el de la violencia, aunque velado es una constante en la historia política chilena. A fines de la década de 1830, las oligarquías agrarias, comerciales y manufactureras establecen un sólido pacto de dominación que va a perdurar hasta 1891 y en ese período, los presidentes electos por voto censitario se alternan en el gobierno sin mayores transtornos institucionales.

 La formación del Estado Nacional es acompañado por el fuerte sentimiento de nacionalidad del pueblo chileno: sentimiento de nacionalidad y nacionalismo exacerbado que se genera y solidifica por las dos guerras victoriosas contra Perú y Bolivia. Sin duda, la guerra del Pacífico foi importante económica y políticamente. Económicamente, pues Chile se aproprió del salitre, del cobre y de los fertilizantes naturales que eran de propriedad de Perú y Bolivia y que hizo posible su acelerado desenvolvimento económico. Y políticamente, ya que definió el país como nación.Con todo, la misma guerra generó preconceptos raciales, principalmente contra los pueblos indígenas y la población de Perú y Bolivia. Las clases dominantes difundieron a partir de la guerra que los chilenos eran un pueblo dotado de homogeneidad racial, culto, educado y civilizado. Esto es, diferente de sus vecinos, que tienen grandes diferencias étnicas y viven inmersos en dictaduras y cuarteladas de nunca acabar. Llama la atención la capacidad ideológica de la burguesía chilena para crear un "ideario" de raza pura y de un pueblo elegido para un destino luminoso. 

 La estabilidad política mantenida con mano de fierro por las clases dominantes agrarias durante casi todo el siglo XIX culmina con la guerra civil de 1891. El Presidente José Manuel Balmaceda es derrotado por la coaligación de la burguesía aliada al imperialismo inglés y norteamericano y Balmaceda se suicida el 18 de septiembre de ese año. El Presidente tenía un proyecto nacionalista y se negaba a entregar de gracia el salitre al imperialismo inglés y norteamericano. Las Fuerzas Armadas apoyaron a la burguesía aliada al imperialismo.

 La conducta del Presidente Balmaceda, que muere defendiendo sus ideales, es un caso raro en este continente, acostumbrado a ver sus presidentes depuestos, sea por corrupción, sea por cuarteladas huyendo por la puerta de atrás con maletas llenas de dinero en los brazos y voluminosas cuentas bancarias en paraísos fiscales.

En 1908 nace, como produto de las luchas de los trabajadores del salitre en el norte y del carbón en el sur, el Partido Obrero de Chile que en 1918 se transformará en el Partido Comunista do Chile (PCCH). Único partido comunista del continente nacido en el fragor de la lucha de los trabajadores. En el seno de su militancia siempre hubo mayoría obrera. Militancia ésta, nacida de la lucha sindical y política y también, caso raro, la mayoría de sus cuadros dirigentes eran oriundos de la clase obrera. O sea, un partido de la clase obrera dirigido por la propia clase. Es la clase obrera, independientemente de cualquier otra consideración, que gana autonomía y comienza a construirse en Chile como clase, a pesar de las violentas represiones y masacres. Masacres que a comienzos del siglo XX son más intensas y alcanzan mayor número de personas que en cualquier otro país del continente. Esa contradicción y singularidad del proceso histórico y político chileno marcado por la estabilidad política y por la violencia de las clases dominantes constituyen una constante durante todo el transcurso del siglo pasado.

A comienzos de la década del treinta, en medio de las turbulencias políticas que sacuden América Latina, el Comandante en Jefe de la Fuerza Aérea, Marmaduque Grove, da un golpe de Estado, instaura la República Socialista de Chile y convoca a la población a formar los "soviets de obreros, soldados y campesinos". La burguesía y la mayoría del Alto Comando de las Fuerzas Armadas terminan con la República Socialista doce días después de "instaurada".

En 1938, el Partido Radical, el Partido Comunista y el Partido Socialista, que diferentemente de los partidos socialistas de occidente, de esa época, era um partido marxista, formarom el Frente Popular siguiendo las orientaciones de la 3a Internacional Comunista. Vencieron las elecciones y eligieron tres Presidentes entre 1938 y 1946. El tercer Presidente, acremente caricaturizado por Pablo Neruda, traicionó el Frente Popular, colocó el Partido Comunista en la clandestinidad y desató feroz represión contra la izquierda. Recordemos que era el final de la 2a Gran Guerra y el inicio de la guerra fría. El Partido Comunista permaneció diez años en la ilegalidade.

En 1970, el mundo quedó admirado. Gana la elección presidencial, por votación popular, el médico Salvador Allende, militante histórico del Partido Socialista, marxista, masón, diputado y senador durante más de cuarenta años el Presidente fue elegido con una plataforma socialista-marxista. Su desafío: construir el socialismo democráticamente. Em outras palavras, destruir las estructuras de dominación burguesa y construir un socialismo democrático revolucionário con el apoyo masivo de los trabajadores del campo y de la ciudad, capas medias, artistas, intelectuales y todos aquellos que aspirasem a una sociedad mas justa y plena de derechos. Es el primer gobierno revolucionario del mundo elegido por el voto popular conforme el ordenamiento jurídico de la institucionalidad burguesa.

 Las clases dominantes chilenas, apoyadas por la mayoría del Alto Comando de las Fuerzas Armadas y el apoyo abierto e incondicional de los Estados Unidos y de las multinacionales imperiales con intereses econômicos en Chile deflagran el 11 de septiembre de 1973 el golpe de estado más sanguinario de que se tenga memoria en América Latina. El Presidente es asesinado – algunas versiones dicen que se suicidó, pero ese suicídio, de ser verídica esa versión, fue un suicídio por amor a la vida, a la dignidade y a la honra - y se instaura el totalitarismo de Estado. Cruel paradoja: Un Presidente revolucionario murió defendiendo la Constitución de la burguesía. 

 Ahora, más una vez Chile sorprende. Por la primeira vez en la história de América es más que probable que en el día 11 de diciembre de 2005 sea elegida una mujer como Presidente y será la Presidente de Chile. Y no es ni de derecha, ni populista.

Michelle Bachelet nació en 1951. Médica especialista em salud pública cursó post-graduación en estrategia militar. Hija del general Bachelet que fue preso el 11 de septiembre de 1973 por sua lealtad con la República y el Presidente Salvador Allende,  y asesinado en marzo de 1974. Tuvo um ataque cardíaco como consecuencia de las torturas.

Michelle, aún estudiante de Medicina fue presa junto con su mamá. Se exiló en Australia  y posteriormente en Alemania Oriental. Divorciada, madre de tres hijos y agnóstica, militó antes del golpe de Pinochet en el Partido Socialista de Salvador Allende. Militante del Partido Socialista, que en los días actuales no es marxista, en el gobierno social-demócrata del Presidente Ricardo Lagos fue Ministra de Salud y Ministra de Defensa. La ex-ministra y actual candidata  a la Presidencia, de claras convicciones democráticas, tuvo habilidad política para enfrentar la compleja convivencia con militares pinochetistas, y otros más exentos de la influencia de Pinochet, en el tortuoso camino de la dictadura para la institucionalidad civil. Recuerdo que aún hoy, a pesar del avance en la restauración de algunos derechos ciudadanos, el país vive "tutelado y maniatado por la Constituición" de la dictadura.

En los sondeos electorales Michelle Bachelet está em primer lugar con una ventaja de 25% a 30% sobre los dos candidatos de la derecha y la duda es si ganará en el primer o en el segundo turno.

La pregunta es obvia? Como una mujer que es el opuesto de Margareth Thatcher y cuyas características más acentuadas, además de la inteligencia, personalidad y carisma son la ternura, la afectuosidad, la serenidad y gentileza en el tratamiento a las personas, pueda estar en ese lugar privilegiado, en un país que vivió en las tinieblas bajo la bota militar, en una exarcerbación de la sociedade patriarcal por su militarización permeando fuertemente el habitus social y que aún no salió de las sombras de la dictadura? 

Es evidente que cualquier candidato hombre de la Concertación Democrática, coligación de partidos que eligió los Presidentes en las tres últimas elecciones después de la dictadura, y con la popularidad del Presidente Lagos tendría medio camino andado. Pero, en una sociedad tan patriarcal y aún aprisionada por el miedo de un retorno de la dictadura, elegir una mujer progresista es algo completamente insólito en Chile y en América.

Aparentemente los chilenos se cansaron de la opresión militar latente, de la brutalidad de la dictadura, del terror que aún se anida en el inconsciente, de la falta de alegría, de la tristeza de los rostros de sus ciudadanos y que cualquer observador, por desatento que sea, percibe en las calles, de la ausencia de oportunidades en una sociedad profundamente desigual en que el neoliberalismo domina toda la vida económica, y en que para la mayoría de la ciudadanía la palabra esperanza fue borrada de la vida cotidiana desde 1973.

La alegría, la espontaniedad, la hospitalidad que la ditadura borró de la vida cotidiana de los chilenos está renaciendo. Los chilenos que siempre fueron alegres, hospitalarios y solidarios con los perseguidos y exilados de América Latina parece que están diciendo basta. Y Michelle que en el imaginario social es lo opuesto a la dictadura simboliza el adiós a las armas y el buen día a la civilidad y a la civilización. Es la mujer que como símbolo inconsciente representa la afectuosidad, la gentileza, la posibilidad de justicia social - las madres siempre dicen, hay comida para uno más, porque ninguna madre permite que sus hijos mueran de hambre - y del fin de la brutalidad militar que aún permea la sociedad chilena. Sociedad ésta que durante más de treinta años ha convivido con el miedo, con la desconfianza y con el hambre sin poder reclamar, con la tristeza sin poder llorar, con la más brutal desigualdad social, con lacras sociales hábilmente escondidas y que nadie denuncía porque no tiene donde denunciar, pues los medios de comunicación pertenecen a los sectores más retrógrados de la sociedad chilena. Hoy Chile espera a la esperanza.

La oposición a toda la brutalidad emocional que representó la dictadura militar y su manuntención simbólica, aunque atenuada en los gobiernos civiles que la sucedieron es lo que explica la posible victoria de Michell Bachelet. La necesidad de expresar los sentimientos reprimidos, la necesidad de un retorno a la alegría, la necesidad que los chilenos tienen de la "dulzura de la Patria" y de acabar de una vez por todas con el miedo, explica mejor que cualquier teoría económica, sociológica o política la futura elección de la 1ª Mujer Presidente de América.

 Espero sinceramente que el ejemplo se disemine en este continente tan huérfano de amor, tan lleno de violencias y tan indignamente injusto. 

16 de outubro  de 2005

 

* Raul Patricio Gastelo Acuña, sociólogo e membro licenciado do Centro de Estudos e Pesquisas Agrárias do Ceará - CEPAC

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