ZOANDO NA CAATINGA

PONTO DE VISTA

Horizontalismo en el horizonte: Gracias a Pachamama, madre tierra...

Verônica Maria Mapurunga de Miranda*

Si,comencemos este artículo agradeciendo a Pachamama como en Bolívia deben estar haciéndolo millares de Aymaras  por la victoria de Evo Morales, su gran líder político, que como una estrella ascendente del centro de la tierra y en el corazón de América del Sur, lleva su pueblo, su nación, su etnía al lugar político de donde nunca deberian haber salido, si la América no hubiese sido "descubierta" y colonizada por los europeos.

La victoria de Evo Morales y su llegada a la presidencia en Bolívia es de ese modo casi que una nueva redescubierta de la América, colocando en un nivel de hegemonía política, por lo menos para empezar por un país, las etnías y pueblos autóctonos, originarios de ese continente. Culturas siempre negadas en el mando de su país, aún cuando representan a la gran mayoria de la población, los aymaras y quechuas conllevan una cosmovisión muy propia, aún no conspurcada por la cultura blanca, que a pesar de representar a la ínfima minoria de la población siempre estuvo en la dirección institucional de Bolívia. La victoria de Evo Morales, por eso mismo, no significa solamente una victoria del pueblo boliviano, sino una victoria étnica para todos los pueblos autóctonos de la América, y que puede hacer ascender políticamente en nuestro continente una nueva visión de la sociedad y del mundo. Y, sobretodo, puede traer la posibilidad de ruptura de una institucionalidad fundada en la verticalización dada por la cultura occidental, blanca, cristiana, jerarquizada y colonizadora.

La possibilidad de que lleguemos a convivir con otros parámetros culturales, de ascender esa cosmovisión y la de otras naciones y pueblos indígenas existentes en nuestros países americanos es una realidad. Estamos nuevamente delante del nuevo mundo, porque este hecho no es una cuestión que afecta solamente los pueblos indígenas y autóctonos de la América. Pero, como dice Evo Morales traerá algo nuevo también para la cultura blanca y para todos los que no son indígenas. El nuevo mundo que antes apareció así, nuevo, para los europeos, deberá aparecer así ahora para los propios americanos, sudamericanos, latinoamericanos. Mi América, mi tierra a vista, diría el poeta inglés John Done.

Aún teniendo que convivir con las agruras inherentes del capitalismo global y mundializado, del FMI y pressiones externas del gran capital y del mercado, que han condicionado las expectativas y convertido últimamente en migajas los sueños de los latinoamericanos, tendremos que admitir que si consigue mantenerse, ese gobierno boliviano conllevará cambios substanciales en nuestra historia americana. Y junto con todos los cambios que ya comenzaron a suceder en las vecinanzas  políticas latinoamericanas, esa victoria es más un punto de sustentación de los nuevos aires políticos, que a pesar de los rebullicios y crísis apuntan para lo nuevo.

América continúa  siendo el nuevo mundo y  a pesar de la pobreza, de la desigualdad social, y de los desengaños políticos, es capaz de generar de sus entrañas la renovación.

Es el grito que viene de la tierra, a través de una cultura y de una cosmovisión que anuncía que no podemos perder nuestro contacto con la naturaleza y que tenemos que cuidarla. Que viene a cuestionarnos y a rescatar, quién sabe, la sacralidad de esa naturaleza, para que salvemos nuestras condiciones de existencia. Es el grito que viene del femenino, en cuanto viene de culturas más horizontales, más comunitarias, menos jerarquizadas, menos verticalizadas y con una visión más circular del mundo. Ese mismo femenino que políticamente se está avecinando con la posible victoria de Michelle Bachelet en Chile. Y se está avecinando no solamente por el hecho de ella ser mujer, sino por el hecho de traer como propuesta la preocupación con los problemas de la cultura, de las desigualdades sociales, del medio ambiente, del patriarcalismo y con la poca representatividad política vigente en las formas jerarquizadas y verticalizadas de hacer política.

La política necesita tornarse femenina en nuestra América. Una política capaz de hacer puentes, una política de receptividad, una política de aceptar las diferencias, componiéndose en todo su horizontalismo y pluralidad con los movimientos sociales, con nuevos valores y ética, con los afectos, con los hechos cotidianos que hacen la vida común de los pueblos, ligándose a la naturaleza, a la propia raíz, al cordón umbilical con la tierra y alinéandose con los nuevos parámetros identitários y culturales que están emergiendo. 

Existe un horizontalismo que se anuncía en nuestra América, que exigirá reformulaciones y reviravueltas políticas y culturales. La estrella de esta navidad parece que brilló más temprano. Vino con una gran nave fluctuante, quién sabe de los cielos, o del centro de la tierra, o de los dos  lugares, uniéndolos. Y dentro de ella acompañando la victoria de Bolívia, que también es la victoria de los pueblos americanos, aquellos héroes del pueblo autóctono americano que estan siendo rescatados, y que vienen acompañando el grito de nuestra alma ancestral: Sepé Tiaraju, Marçal Tupã-Y  y tantos otros que acompañam sus hermanos, nuestros hermanos indígenas que estan perdiendo tierras y siendo diezmados en nuestro país - Brasil (vide link abaixo sobre os Kaiowá Guarani do Nhanderu Marangatu).

Que esa estrella que brilla en Bolívia pueda también traer luz por aquí!

 


Nhanderu Marangatu: Para que o mundo saiba

 

  20 de dezembro de 2005

 

Texto publicado também em Artesanias - de Verônica Miranda - www.veronicammiranda.com.br

* Verônica Maria Mapurunga de Miranda, historiadora, artista plástica e membro do Centro de Estudos e Pesquisas Agrárias do Ceará -CEPAC.

A FALA - www.cepac-ce.com.br 

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